Es encontrarte a ti mismo… descubrir el tesoro divino que hay en ti… tus dones… virtudes y poderes innatos del Creador. Vives en la frecuencia del Amor… te sientes conectado a la Consciencia Superior. Te familiarizas con Ella… fluye todo en tu vida… hay paz, armonía y dicha. Te entregas a la voluntad de Dios y dejas que El actúe a través de ti, tomando todas tus decisiones con su guía. Cuando te apartas de eso… aceptas la situación sin culpas… sintiendo la necesidad de recuperar tu Divinidad. Confías… eres paciente… perseverante y plenamente consciente de tu camino… cuando te desvías de él, sabes que debes retornar al sendero correcto. Amas… tienes sensaciones maravillosas que jamás habías experimentado. Aceptas todo lo que llega a tu vida… porque los planes de Dios y el Universo son mejores que los tuyos. Sientes una necesidad profunda del alma de DAR. Disfrutas de la belleza de la Creación. Tu verdadero despertar es… descubrir tu propio DIOS.
Extracto de la segunda parte del libro "Ignacio Rivas y sus Mensajes de Dios"
