Mañana será otro día, y estarás bendecido, bendecida, protegida, protegido , por la más excelsa Presencia, por tu ángel de la guarda, por la inconmesurable luz del Yo más Compasivo y Misericordioso; pero, sobretodo, regenerador. Descansa... Tú, y tus compañeros...
No carguéis sobre vuestros hombros la dureza del designio incierto de la Vida , porque ya habéis entregado vuestros conocimientos, vuestras capacidades, vuestras aptitudes, vuestra alma, vuestra mente, vuestro corazón, en cumplir hasta el último aliento vuestro... y de aquellos a quienes servís , asistís , sanáis y acompañáis. La compasión sí está en vuestras manos; el dictado severo de la propia Vida, no.
Por eso, vela porque tu Presencia nunca sea opacada por el exceso de sufrimiento y el cansancio. Porque , aunque el agotamiento y el dolor invaden vuestro cuerpo y vuestra mente, al ver que habéis hecho lo posible y lo imposible , y al final, se impone la autoridad sagrada , que se escapa de vuestro entendimiento, el espíritu sabe que no habéis hecho más que la más alta Voluntad de Dios. Y lo habéis hecho con plena consciencia de vuestra mente, y con plena consciencia de vuestro corazón. En estos tiempos, no sólo ofrecéis vuestra vida para salvar al mayor número posible de vidas; estáis demostrando y ejerciendo, el verdadero poder del Amor.
Descansa....
Mañana, a pesar de que trabajarás, otra vez, sin descanso, y hasta el extremo, desde la mañana a la noche... , mañana, te decía, mañana será, para vosotras, para vosotros para todos, a pesar de todo, por encima de todo, un nuevo y esplendoroso día.
Ana Isabel De La Fuente Isabel De La Fuente
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