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noviembre 17, 2014

¿Para qué existen las adversidades? ¡Te has formulado esta pregunta!

¿Para qué existen las adversidades? ¡Te has formulado esta pregunta! Independientemente de sus causas… de tu responsabilidad exclusiva en su generación… lo más importante en cada una de ellas es que has aprendido cuando se presentan y como has reaccionado. Si te rehúsas a aprender… por ley divina… de esa u otra forma llegarán a tu vida nuevas lecciones… es cuestión de tiempo… créeme… y si no lo crees... experiméntalo tú mismo. Observa ahora como las has enfrentado… cual fue tu actitud. Si te sumerges en la desdicha… en que tu destino está marcado… en que todo te pasa a ti… en que eres un imán para la desgracia… créeme… seguirás atrayendo adversidades… y si no lo crees... experiméntalo tú mismo. Y ante cada situación desagradable… de la que crees merecer… de la que sientes que nada puedes hacer para evitarla o para salir adelante… tendrás en tu entorno los socios ideales para la desgracia... que alimentarán tus infortunios con frases acordes a tu realidad… “vinimos a esta vida para sufrir”… “nada tiene sentido”… “los hombres son todos iguales”. Socios para la tristeza e incomprensión ¡abundan!… socios para alimentar tu espíritu y darte herramientas para que salgas a flote ¡escasean! Tomate el tiempo de revisar las historias de vida de los grandes valores que ha dado la humanidad. Descubrirás que hasta alcanzar sus éxitos y anhelos más elevados… sufrieron rechazos… fracasos… obstáculos… pero se antepusieron a ellos… permanecieron firmes en sus convicciones y en la fe… se levantaron todas las veces que cayeron ¡Sabes por qué! Porque escucharon a su mejor socio… El indestructible… El superador… El que todo lo puede… El que no se atemoriza ante los desafíos. Escucharon a Dios… al Dios que está en ellos… que es fortaleza… voluntad… sabiduría… perseverancia… fe. Recuerda que cuando menos lo pienses… llegará un momento de tu vida en que tu carga será muy liviana… que no estará más. Porque nunca has estado solo… porque Dios estuvo… está y estará en ti siempre… y mucho más… cuando más lo necesitas. 
Que Dios te bendiga!!! Que la paz reine siempre en tu espíritu!!!

Ignacio Rivas