Todos hemos dañado en algún momento de nuestras vidas y también nos han hecho daño. Así que cuando alguien te daña, por más insignificante que sea, no reacciones ante ello…. pregúntate a ti mismo ¿para qué? ¿qué es lo que se me quiere mostrar con ello? Ahora bien, no te acostumbres a vivir bajo sufrimiento permanente. Tu espíritu es fuerte… pero te demandará salir de esa zona de dolor. Imagina que cae sobre ti una enorme piedra en tu pie. Te duele… claro… tu pensamiento y sensación es que debes sacarla… y lo haces ¡que duda te cabe! Entonces te pregunto ¿porqué te encariñas con las situaciones que provocan dolor a tu espíritu? ¿crees ser merecedor de ello? ¿crees que no hay alternativas? ¿crees que es el mal menor? Porque te enamoras de las piedras y no las sacas de tu camino. Y a veces lo haces peor... te encariñas tanto con las piedras que le encuentras virtudes… eso si en el fondo… muy en el fondo. Hijo de Dios… deja de buscar excusas… estás tan encariñado a la piedra que podrías escribir un libro sobre sus bondades o su lado positivo ¡Cuánto tiempo más vivirás en el sufrimiento! Ya nadie te cree… ni tu mismo. Saca las piedras de tu vida y sé feliz de una vez por todas.
Que Dios te bendiga!!! Que la paz reine siempre en tu espíritu!!!Ignacio Rivas
