El hombre manifiesta esta condición de paz, cuando la expresa a través de una conducta con nobles ideales y sentimientos, compasión, altruismo, servicios y obras; amén de un vocabulario que se motoriza con modulación suave y elocuente alabanza, con lo cual bendice con Dios, y a sus semejantes. Esa paz se trasmite llenando los espacios con su presencia silente, pero activa, pues la vibración que emite, contagia con armonía, y con una sensación de levitación; con lo cual se libera la tensión, desde lo interno hacia lo externo, catapultando el momento, llevándolo a una sublime estancia en los cielos.
Siendo así, el hombre deberá encaminarse a lograr este estado de conciencia, no dañándose así mismo; como tampoco al medio ambiente que se integra a la naturaleza, esta última le devuelve con fenómenos atmosféricos, terremotos, cataclismos y otros, el mal que le ha causado a su intimidad. Es entonces, que habiendo dicho el Maestro Jesús” “Mi paz os dejo, mi paz os doy”… es posible lograrla; ya que fue un decreto pronunciado por El. Por tanto, la paz que da el mundo material es utopía; queriendo hacerla objetiva a los sentidos.
Obtener la paz es posible… conquístala, cambiando los atávicos modelos de conducta; trascendiéndolos con disciplina, devoción, oración y servicio, y esta se manifestará con armonía en tu Ser, haciendo del hombre un producto realizado como la más alta expresión de perfección en la Creación.
Por Lesbia Gómez Suero
