Conforme a los registros oficiales, el fitoterapista Li Ching-Yuen nació en China en 1677 (aunque él mismo declaró haber nacido en 1736). En el curso de su larga vida, él practicó constantemente la Fitoterapia y las artes marciales. En 1930 el periódico The New York Times imprimió un artículo en el que publicaron los documentos oficiales chinos descubiertos. Estos documentos que datan del 1827 contienen felicitaciones oficiales por el 150avo. cumpleaños de Li Ching-Yuen. Posteriores documentos que datan del 1877 contienen felicitaciones oficiales en su 200avo. cumpleaños.
¿Cómo logró él esto?
Li Ching-Yuen expresó su fórmula para la longevidad con una oración: “Mantén un corazón calmado, siéntate como una tortuga, anda velozmente como una paloma, y duerme como un perro”.
Añadamos unos cuantos hechos históricos más a esta historia. El general del ejército Yang Sen invitó a Li a visitarlo y le ofreció una oportunidad para enseñar las artes marciales chinas a los soldados. El general no podía creer cuán juvenil era su invitado, aunque ya hubiera llegado a la edad de 250 años.
Li Ching-Yuen murió el 6 de mayo de 1933. Dijo a sus estudiantes que había completado todas sus labores en esta vida y que ahora estaba listo para regresar a casa.
Es posible encontrar otras historias interesantes sobre los prodigios de salud occidentales y los yogis orientales que han vivido más de 100 años. No sólo sobrevivieron tanto tiempo, sino que prosperaron también —juveniles, activos, y rebosando de entusiasmo. ¿Qué podemos aprender de ellos?
La medicina holística es todo lo que necesitamos
En estos días, inclusive la medicina moderna está de acuerdo: 70% de todas las enfermedades se materializan debido a pensamientos negativos o estrés emocional. Las enfermedades atribuidas a esta causa son llamadas “psicosomáticas,” y son el mayor dolor de cabeza de todo el sistema principal de cuidado de la salud.
En ocasiones varios días de estrés elevado es todo lo que se necesita para abrir una úlcera gástrica. A veces todo lo que toma es varios años para desarrollar una diabetes o una enfermedad cardiaca, sin mencionar una pobre salud en general, baja productividad y un descontento. Los doctores y científicos acuerdan unánimamente que nuestros pensamientos afectan directamente la actividad de nuestros órganos y el estado de nuestros cuerpos en general. La medicina antigua es clasificada como holística porque se ocupa no sólo del cuerpo físico sino también del psiquis y el estilo de vida personal de uno. Este método permite a uno eliminar la causa de la enfermedad, en vez de meramente tratar los síntomas, y por lo tanto previniendo su reaparición. La medicina moderna, por otro lado, trata las consecuencias de la enfermedad—malestares físicos. Por esto la enfermedad recurre frecuentemente ya que la causa de la enfermedad no está siendo tratada en realidad.
Aquí es donde se revela a sí mismo uno de los mayores secretos de la salud—nuestros pensamientos nos pueden sanar. Hay múltiples historias registradas que tratan de gente gravemente enferma que se curaron a sí mismos con el poder del pensamiento, a pesar de que los doctores habían perdido toda esperanza. Una de esas impresionantes historias es la de Morris Goodman, quien en 1981 estuvo involucrado en un accidente de avión y se suponía iba a morir debido a un daño irreversible de la espina y un diafragma perforado. La vida de este hombre estaba siendo sostenida por un ventilador de respiración, y el único movimiento que él podía realizar era pestañear. Sin embargo, este hombre estaba consciente del poder del pensamiento y en cosa de unos pocos días se regeneró con éxito su propio diafragma y pudo respirar independientemente. También se regeneró conscientemente su dañada espina dorsal y empezó a mover todas sus extremidades. Los doctores no podían entender la situación en absoluto porque esto "simplemente no podía estar sucediendo". Sin embargo, al cabo de unos meses Morris Goodman empezó a caminar de nuevo y eventualmente se recuperó totalmente. Éste es sólo uno de los muchos casos sucediendo a nuestro alrededor. Los pensamientos pueden no sólo enfermar al cuerpo, sino que lo pueden ayudar a recuperarse de enfermedades incurables.
Causas de enfermedades difíciles de curar desde un ángulo diferente
Las antiguas ciencias ayurvédicas de la salud prueban no sólo la existencia de enfermedades psicosomáticas sino que presentan asimismo una lista de enfermedades específicas causadas por rasgos específicos de carácter. ¿De qué otra cosa pueden depender los pensamientos si no es del carácter?
Aquí hay unos pocos ejemplos que podrían explicar las causas de la enfermedad que usted o uno de sus seres queridos podría estar sufriendo:
- Celos – causa enfermedades oncológicas, debilita el sistema inmunitario.
- Vengatividad – causa insomnia y enfermedades de la garganta.
- Incapacidad para encontrar una soluci
- ón a una situaci
- ó n – causa enfermedades pulmonares.
- Carencia de principios morales – causa enfermedades crónicas, infecciones, y enfermedades de la piel.
- Siendo demasiado categórico o inflexible en sus creencias – causa diabetes, migrañas, e inflamaciones.
- Mintiendo – causa alcoholismo, infecciones fungales, y debilita el sistema inmunitario.
- Agresividad – causa úlceras gástricas, reflujo ácido, y verrugas.
- Reticencia – causa esquizofrenia y enfermedades renales.
- Crueldad – causa epilepsia, asma, y anemia.
- Busca conflictos – causa agrandamiento de la tiroides.
- Apatía – causa diabetes.
- Inconsistencia o caprichos – causa infertilidad.
- Siendo rudo o insultando – causa diabetes y enfermedades coronarias.
- Ansiedad – causa problemas del sistema digestivo, y enfermedades del corazón y de la piel.
- Avaricia – causa enfermedades oncológicas, obesidad, y nefermedades coronarias.
Un hecho interesante es que es suficiente curar tu carácter, y las enfermedades relevantes desaparecen permanentemente. Es importante saber esto especialmente por aquellos que sufren de enfermedades tales como la diabetes y el cáncer, para las que la medicina moderna no tiene cura.
Tres maneras de vivir saludablemente y sentirse verdaderamente bien
Esto involucra trabajar en uno mismo—sin embargo, esta inversión tendrá grandiosos resultados a largo plazo. Aquí hay tres métodos probados a lo largo de milenios:
- Empiecen a vigilar sus pensamientos. Pasen cinco minutos a diario por las tardes escribiendo cómo se sintieron ese día. Recuerden las situaciones a las que se enfrentaron y las emociones que sintieron. ¿Cuáles rasgos negativos saca esto a relucir? ¿qué planea hacer mañana para empezar a mejorarse a sí mismo y cambiar esos rasgos de carácter en particular? Es muy importante escribir todo detalle.
- Trate de pensar sobre cosas que lo hacen feliz. Éste es el milagro del pensamiento positivo. Cuando uno se concentra en las cosas que le agradan, es como si uno se moviera a una frecuencia diferente de vibración, y el cuerpo empieza a sanarse a sí mismo. Aún mejor, habrá una gran cantidad de cosas buenas en su vida porque todo aquello en lo que uno piensa se vuelve realidad, incluyendo los problemas que lo molestan. Concéntrense en las cosas que disfruta y observe cómo todo empieza a cambiar.
- Trate de meditar. Durante la meditación el cuerpo y la mente descansan y se sanan a sí mismos. Puede leer más sobre la meditación en el artículo “How To Own A New Ferrari And Be As Smart As Einstein, Just By Calmly Sitting On Your Couch”. ("Cómo Ser Dueño De Un Ferrari Y Ser Tan Inteligente Como Einstein, Simplemente Sentándose Calmadamente En Su Sillón")
La enfermedad es simplemente una señal del cuerpo sobre algo que es incorrecto (o más bien, no-beneficioso) en su estilo de vida. Primero esto se manifiesta como ansiedad, temor, y pensamientos negativos. Sólo entonces, si no se hace un esfuerzo para trabajar en uno mismo, el cuerpo envía una señal más poderosa para captar su atención y hacerlo pensar sobre lo que está haciendo mal en forma de síntomas físicos.
Deje solamente las cosas útiles y significativas en su vida porque todo lo que es útil para ustedes siempre es útil para otros.