Con visos de nubes grises se pasea esta mañana, que sin disimular una tímida tristeza saluda la alborada que se viste siempre de ensueños. Un despertar, en donde la naturaleza no se inhibe de expresar su belleza en el canto dulce de bandada de aves, el botón de rosa sin pudor se abre ante la visita del roció que lo baña. Las mareas se explayan para que sus olas dancen un rítmico ir y venir dando testimonio de las dualidades que ha de desenvolver con sabiduría el hombre en su desarrollo integral. Un canto a la vida con notas vibrantes de armonía y las que deben ser oídas en los éteres del mundo. Un himno que llama a observar la paz en todos los productos y estamentos de vidas en la existencia, y en demanda a una fraternal convivencia, imitar a la paciencia, cooperación, sabiduría innata en las hormigas, que hacen un trabajo hermanado para un bien común a todas ellas. Es necesario entonces, sobreabundar en el conocimiento de que todos somos uno. Una unidad desenvuelta en la diversidad para estructurar una organización sin perder un ápice de su esencia homogénea y prístina, y en donde cada parte constituyente es importante en el gran esquema universal de vida.
Si honramos y respetamos la vida en el ser y la naturaleza es signo de felicidad consciente y de paz duradera.
¡Feliz dia!"
Lesbia Gómez
