No te encasilles ni en lo que haces, ni en lo que piensas y sientas actualmente.

No te encasilles ni en lo que haces, ni en lo que piensas y sientas actualmente. Tampoco permitas que los demás te encasillen, porque solo tu espíritu -como nadie-, sabe que es lo mejor para cada situación… para cada momento. Todo es vida en transformación y expansión… motivo por el cual, lo que hoy resuene en ti mañana quizás no te sientas a gusto hacerlo. Son infinitas las formas y los modos en los que puedes expresar tu divinidad. Podrá ocurrirte de tener tu carrera de años… tu profesión… lo que has hecho toda tu vida… lo que haces de memoria hasta con los ojos vendados… y un día levantarte en la mañana… y en tu silencio interior… en la quietud de tu alma… sentir que ya no deseas continuar con ello. Debes entender que cuando tu espíritu te pide cambios… te está solicitando que los lleves a otros niveles de aprendizaje. Todos cambiaremos el mundo cuando elevemos nuestra consciencia y tengamos la sencillez de espíritu de adaptarnos a los cambios. 

Extracto de la segunda parte del libro "Ignacio Rivas y sus mensajes de Dios"