Dios: el Supremo y único gozo del Espíritu!

Por Lesbia Gómez

Cuando el alma languidece se deprime el hombre. Cuando el hombre se deprime se aparta de la fe y de Dios. Entonces sucumbe la vida en el profundo abismo, al ser sacudido por el dolor y el sufrimiento, Sin embargo, cuando Dios está realizado en nosotros con pensamientos y sentimientos centralizados en la mente y corazón, hay un entusiasmo que se desborda en gozo. El alma se despierta. Y abierta al amor, aprecia la plenitud del Amor Divino que inunda todo con alegría. El sonido del viento se acopla con complicidad al canturrear de las avecillas; y se crea un ambiente nítido, pletórico de vibrante emoción.

Cesa el cansancio por las presiones del mundo de creaciones; no existe el dolor; porque la conciencia lo trascendió con el conocimiento al gozo supremo. Por tanto, Todo es Dios. Se siente el palpitar de una naturaleza viva con el susurro del rítmico, suave y lento ir y venir de las olas en un vasto mar. De nuevo Todo es Dios. Océano Infinito, sin horizonte, abarcador, un tierno y amoroso Padre. Dios como Padre, nos acuna con sus brazos de tierna Madre. Nos mece como el que danza al gozo del Espíritu Santo. Nos canta con melodías angélicas e invita a los Ángeles que se acerquen, y hacen del momuntún el Altar Sagrado y queman en el fuego el incienso para saturar el ambiente con la vibración del más excelso amor. Sientes que el amor te absorbe, no hay separación, la ilusión se disipa. Solo Uno de dos. ¡La vida se trasegó al Infinito Cielo! Sólo paz, luz, armonía, el Nirvana en su Espíritu te absorbió. Y como resultado: Omnipotencia, Omnipresencia y Omnisciencia. Descubres finalmente: ¡Eres Dios mismo!