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enero 12, 2012

¡Cambios… cambios…!!!

Con amplia repercusión se escucha en el ámbito mundial, y con indicaciones muy directas y puntuales en el ánimo personal, se anuncia sobre cambios en las estructuras psicofísicas y estamentarias en todos los niveles. Es preciso indicar que los cambios aunque a veces causan muchos temores, serán siempre oportunos y positivos. Ellos reivindican los paradigmas de progresos universales e impulsan a renovarse. Por tanto, queramos o no es una corriente que nos arrastra a todos; y mientras eso va ocurriendo a nivel planetario y de conciencia, el hombre tiene que orientarse e ir preparándose para los mismos. Ya que éstos cambios incidirán notablemente en su organización anímica, emocional, y con efectiva transformación del modelo espiritual de la conciencia.

Es necesario entonces desarrollar un programa efectivo de transformación, principiando con una observación progresiva, y por demás objetiva de los pensamientos y sentimientos; como también, ser honesto sobre los resultados de nuestras acciones a la fecha, si estos han sido negativos o positivos. Partiendo de ello, replantarse un nuevo modelo de conducta y encaminarse a participar de las enseñanzas espirituales de su mejor preferencia que le ayude a la conquista del Ser,; pudiendo así, con metodología o disciplina, descubrir la naturaleza y origen divinos que se nos integra. Se insiste por demás, a llevar a cabo servicios con obras de amor al necesitado; pero sobretodo a perdonar. A reconciliarse consigo mismo y con el hermano por las diferencias u ofensas; en el entendido, de que el perdón redime de los efectos del dolor, ya por odio, rencor o resentimiento. Siendo así, se puede estar confiado que el flagelo del dolor, si acaso lo hubiere, no alcanzará al que tiene fe en Dios y el Amor Verdadero desarrollado.

¡Oh Señor! Sácame de las ruedas oscilantes del péndulo de las dualidades; que mi fe y amor a ti, me hagan permanecer firme y lineal en tu búsqueda y servicios. Que no tema a las tempestades cuando esté en la barca de la vida, porque con tu poder y para tu Gloria, ordenarás que cese su manifestación.

Por Lesbia Gómez Suero