Mil trozos rotos del cristal de la existencia convertido en millones de crisoles por efecto de una misma Luz que se refleja en cada uno de ellos.. Y aunque no sea el tiempo de volver a unirse en un sólo cristal, cada brizna ha de ser pulida para que el Brillo de Dios mejor se manifieste sobre esta ....
Mil trozos rotos del cristal de la Existencia. Somos como pequeños cristales perdidos en una inmensidad que no conoce de tiempos sino de consciencias y voluntades e intenciones..hasta que, de nuevo, llegue El Momento de ser un mismo y único Cristal que refleje el más hermoso Brillo de Dios..
Hoy pienso en estas cosas , como pienso en la intención de la propia vida con la vida, en el Propósito de los propósitos, en la Conciencia de cada conciencia, en la Consciencia de cada ser que ha podido mirar atrás y comprender, si quiera, un pequeño esbozo sobre el objetivo y el ideal de vida que cada pequeño ser lleva en sus entrañas y ha de proyectar.. pueda o no.
Cuánto tiempo perdido, y sin embargo qué intensidad de consciencia en un sólo instante, cuando la muerte abre sus puertas y ya todo deja de ser irrelevante..
En ese instante, el Amor pasa a ser lo único y el único factor transcendente, el único motivo y objetivo, el único espacio y la única energía, la única intención y el motivo último de nuestra pequeña creación... Pero, como un reflejo, como un pequeño reflejo de la inconmesurable intención del Supremo que nunca acabamos de llegar a comprender, pero si rozar con las manos del gran Corazón al que todos estamos unidos..
Mientras nos sentimos el pequeño trozo de cristal roto y abandonado, el amor hiere por parecer desamor. Y vemos cómo el desamor es la causa absoluta, primer y última de todos nuestros males, enfermedades y consecuencias repetidas por la pequeña conciencia a lo largo y ancho de los eones pero casi siempre en una misma dimensión...la dimensión de la ilusoria semiconciencia del desamor...
Cristales rotos que han de aprender a amar sus pequeños trozos de realidad en la Creación .. aunque duela la ilusa ilusión del desamor que nunca existió ..
Cuando el alma al fin encuentra descanso, una nueva oportunidad borra la tristeza que provoca el darse cuenta de haber estado soñando sobre una existencia dormida a la expresión absoluta del amor como creación en sí misma, lo único que siempre es y permanece como la Gran Verdad...
Estamos en la dimensión de la conciencia que comienza a darse cuenta de que el Amor es lo único importante..
No somos cristales rotos; somos un mismo Brillo de Dios manifestándose para darnos cuenta de la Grandeza que somos y portamos. Somos el mismo Dios brillando y creando su propia Creación...
Isabel De La Fuente."
