Nadie hará los cambios por ti…

Nadie hará los cambios por ti… eres tú el que debe hacerlos. Nadie sanará lo que tú debes sanar de ti mismo de esta u otras vidas. Nadie transmutará por ti lo que hay en tu espíritu que deba ser transmutado ¡Quieres respuestas a todos tus interrogantes! Las tendrás… siempre… ¡sabes cuál es el mejor lugar para encontrarlas! Dentro tuyo. Pero cuando las encuentres debes actuar. Si te aferras a un dogma o a una única verdad, caerás en la sencillez de aceptar las consecuencias sin hacer nada, limitando tus responsabilidades. Y te ocurrirá en ocasiones que las respuestas no se condicen con tu propio sistema de verdades. Debes expresar lo que tú crees -que nunca es inmutable-, esa es tu verdadera esencia ¡Por sus obras los conoceréis! Tu gran obra es alcanzar tu propia maestría e iluminación. Ese estado contagiará o debería hacerlo con los demás. No se trata de imponer tus ideas… tus verdades actuales… tú solo sé.

Extracto de la segunda parte del libro "Ignacio Rivas y sus mensajes de Dios".