Con el estado de situación que se vive en el mundo de hoy se preguntará; ¿Cómo experimentar paz y armonía? cuando se tiene que convivir con todas las expresiones de dolor en los estamentos visibles de la sociedad. Sin embargo, pudiera esto contradecir cuando se afirma que existen herramientas que evidencian que Sí se puede lograr paz y armonía. Se sobreentiende que estos sentimientos emergen del interior del Ser, pudiendo expresarse o manifestarse a través de las proyecciones de los pensamientos, sentimientos y acciones. Sin lugar a dudas, alcanzar este estado de conciencia, implica mucha disciplina y observación de lo que puntualmente puede ayudar o propenda a ello. Se infiere por tanto, que con las conductas y los sentimientos transformados con base a los valores humanos y espirituales, y el conocimiento de Dios, puede el individuo accionarse con altruistas servicios para si mismo, como al prójimo. Integrando también a esto, modelos devocionales con oración, disciplinas, Y la firme decisión de amar a Dios sobre todas las cosas.
Como premisa, es necesario entender que con la intensidad del amor y del conocimiento espiritual que se desarrolle, se suspenden o anulan los efectos de egoísmo, los apegos y deseos, Siendo estos últimos los que presionan y estandarizan los niveles de ansiedad y la depresión. Se infiere que cuando hay valores, principios morales y éticos, se aprecia con justeza, que las cosas materiales con lo que se involucra el Ser, les son inútiles e irrelevantes para su Realización en Dios y su desarrollo integral. Cuando se aprecia el bagaje divino en los maestros y guías espirituales, se colige que ese grado de conciencia lo han adquirido al haber trascendido los aspectos ordinarios de su estructura anímica y humana, dimensionándolo a la plenitud del Espíritu, y con ello realizan la Paz y la proyectan. Para dar un ejemplo de esto como pedagogía, se toma la Flor de Loto, que su raíz se establece en el fango o lodo, sin embargo trasciende la cualidad ordinaria del lodo y expresa la belleza y la plenitud de la flor que mira al Cielo. Los orientales afirman como símil del loto, al chakra de los mil pétalos, o el asiento del Padre, -fontanela en el recién nacido- que prodiga su amor desde su asiento en lo alto, y se expresa en un cuerpo material del mundo.
De igual manera debe el hombre comportarse. Entender que su cuerpo humano pertenece a la materia sólida del mundo, y aún cuando permanezca como tal en su forma; deberá trascender lo ordinario de su condición humana, y proyectar todas sus aspiraciones a pernoctar como la belleza de la Flor de Loto de vivir la plenitud del amor de Dios, que se expresa tanto en el fango como en el cielo. Entonces se infiere, que el Loto no se inmuta ni se desgasta por la inquietud, cuando observa que donde se suspende es el fango del lodo. Por tanto recordar: “estamos en el mundo, más no somos del mundo”. Hagamos entonces de esto una predica accionada a nuestra vida, y obtendremos la Paz y la Armonía por tan siempre deseada.
“Yo os dejo mi paz, no como la da el Mundo, sino la que brota de mi Ser como Amor Divino…” Así lo dejó establecido Jesús, como lema de paz...
Por Lesbia Gómez Suero
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