Dios no te preguntará cuánto tienes, sino a cuánto aspiras en la vida. Dios no te preguntará de donde vienes, sino adonde quieres llegar. Dios no te preguntará a quien amaste, sino si has sabido amar.
Dios te creó tal como eres y como tal espera de tí lo mejor, porque eres su estrella en la noche, su esperanza en la tierra, su esplendor y su sueño. Eres la extensión de su obra, la cual no se cumple si no sabes amar.
Extiendo mis brazos y te doy un abrazo, estés donde estés, porque a pesar de todo, de las diferencias y semejanzas, eres parte de mi y porque es necesario recordar de donde venimos y adonde hemos de llegar.
Si Dios nos ama tal como somos, no soy yo quien te ha de juzgar, condenar o criticar, porque antes de ver la paja en el ojo ajeno, mas vale mirarse la viga en el propio, y después tan solo después, lo que uno puede hacer es, simplemente, arremangarse y ayudar.
Ámate tal como eres que de esa forma aprenderás a amar y comprender a los demás. Aprende a mejorar y mejorarás. El camino se inicia en todo momento porque en todo momento existe la mínima oportunidad de estirarse y encontrar el tesoro dorado del aire.
Un día pasará un ángel por tu lado y solo podrás reconocerlo cuando en sus ojos puedas ver la profundidad de un universo de terciopelo negro que reflejará lo que eres, entonces, sabrás que un ángel te acepta ¿podrás aceptarte tú?
Por Marlene Marciaga
