Tu propio estado de consciencia es lo que ves en ti, en los demás y en lo que te rodea. No aceptes ningún decreto negativo de nadie; quítale poder con tu mente. Eso se puede hacer. Haz la prueba y verás.
Mamá Norita decía: “Para decir que eres bueno no hace falta decir que los demás son malos”. Parafraseándola, diría: “Para decir lo bueno, no hace falta decir lo malo”; di lo que es bueno, y lo malo desaparecerá. No hay que personalizar la energía negativa; si la comentas o la escribes, te la chupas.
Si tú te transformas, puedes transformar el mundo; si no te transformas, no puedes transformar a nadie. No le digas a nadie cómo tiene que ser, ni lo que debe hacer, ni quién es malo. Sé tú bueno, habla bien, y verás que todo se compone.
Del libro: “ESPIRITUALIDAD DINÁMICA” de Rubén Cedeño
“Que cada día alcancemos mayores niveles de Paz”