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mayo 13, 2013

¡Cada mañana al amanecer!

Cuando despierto cada mañana siento nacer otra vez porque tengo nueva oportunidad para seguir expresándome con vida, a la vida. Un día más soy consciente de lo que Dios significa en mí, y por ello le doy muchas gracias por haberme creado a su imagen, que me hace perfecta por derecho en origen y nacimiento. “Si, Soy feliz me digo ahora”, y lo decreto y siento al reconocer todas las propiedades y atributos que viven en mí como Divino Ser. Camino exultante por el césped húmedo que activan mis energías; contemplo cómo el botón da nacimiento a la rosa que abre sus pétalos a la magnificencia expresada exuberante en la Naturaleza, y se hace la cuna para que la mariposa libe el polen y dulce néctar para seguir expandiéndose con la belleza y vida, con lo que da testimonio de la existencia de Dios y las leyes que se imprimen en el universo.

De nuevo digo: Mi vida es una sinfonía de amor donde la orquestan las aves con su infantil piar; suaves brisas que acarician el rostro y lo rejuvenecen, porque las ninfas vienen danzando con ellas, y me contagio con su vibrante palpitar cónsono al viento que en intimidad acompaña. Me dejo placer en las aguas cristalinas y me muevo en lentas olas para descansar en las arenas de sus playas. Toda armonía y lo percibo, porque en mí palpita Dios mi Jesús, a quien amo, lo sigo en obediencia y continúo amándolo.

¡Alabemos al Señor! Cantemos gloria a su Nombre; porqué de las 99 ovejas de su amante redil, la que estaba perdida encontró, lavo y curo sus heridas, secó su llanto y de nuevo la llevó junto a las otras. ¡Sólo me bastó conocer a Jesús cuando extravié el camino y fue curada mi alma de las dolencias de la ignorancia!

Por Lesbia Gómez Suero