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marzo 06, 2014

TU LUZ INTERIOR


Estamos aquí, anhelantes de la luz que llevamos dentro. Esperando
leer lo que debemos escribir. Añorando la compañía que debemos
ofrecer. Aguardando por el beso que nos corresponde dar. Esperando ver
lo que debemos crear…

Todos somos parte del mismo Espíritu. Y sin embargo debemos tomar
nuestro lugar en el mundo. Tú debes tomar tu lugar en el mundo. El
lugar que tu corazón sabe que debe ocupar, hacer las cosas que tu
corazón sabe que tiene que hacer, independientemente de la ubicación
geográfica en la que se encuentre tu cuerpo. Porque estés donde
estés Tú eres el centro del universo. Y el corazón de Dios late en
tu pecho.

Toma tu lugar en el mundo. Hay un regalo que sólo tú puedes
ofrendar. Una mirada que sólo tú puedes reproducir. Tienes una
misión que cumplir. Y esta misión está presente en cada parte de tu
Ser, como lo están las huellas digitales en tus dedos y los ojos en
tu rostro. No necesitas leerla o interpretarla. Necesitas vivirla.
Porque tu misión más allá de ser algo que sientes en tu corazón,
ES tu corazón mismo.

¿No estás seguro de cuál pueda ser tu misión? Mi amigo. Mi amiga.
Debemos tener una conversación. Ojalá lo que yo diga pueda ayudarte
a darte cuenta de que en realidad Sí sabes cual es tu misión. Que
siempre ha estado ahí.

Eso que tu corazón pugna por manifestar: manifiéstalo. Eso que
quieres ver hecho en el mundo: hazlo. Eso que esperas recibir para ser
feliz: dalo.

Tú lo sabes. Eso que te hace sentir maravilloso y que es tan sublime
para ti, que al ver la materialidad que te rodea te preguntas si será
posible. Pero ignorarlo no sirve de nada. Y permanece como una
estrella guía o un susurro en tus ratos de silencio recordándote que
está a tu alcance si haces tu labor.

Y no te preocupes por pensar que los demás no lo van a entender. O
incluso por pensar que les va a disgustar.

Si el sol no alumbra la noche porque ha tenido suficiente con alumbrar
el día, no ha cometido ninguna falta. Si la luna no sirve de guía al
girasol porque acompañó durante toda la noche al marinero, no ha
cometido ninguna falta.

Del mismo modo si tú no haces aquellos que la sociedad quiere que
hagas, no has cometido una falta. Pero si no haces lo que tu corazón
te llama a hacer, no sólo has cometido una falta, sino un grave
sacrilegio hacia tu principal deber. Porque si no manifiestas lo que
sólo tú puedes manifestar, daría lo mismo que no estuvieras aquí.

No me niegues el alimento que tienes. Dame de beber. No se lo niegues
al mundo. No te lo niegues tú.

Te esperan cosas maravillosas. Tu suprema satisfacción y tu propio
respeto para empezar. Conocimiento de ti mismo. Conocimiento y
realización de lo que muchos llamamos Dios. Recursos materiales.
Amistades que no hubieras conocido de otra forma. Tocar corazones a
distancia, y dejar que toquen el tuyo…y saber más allá de toda
duda que tu vida está valiendo la pena.

El Loco http://www.tuluzinterior.com