El Hombre es un interpretador magistral de las emociones, los púlsares del Universo. Es un intérprete y un reproductor de un Común Universal que le precedió o sucedió en un Origen y Destino que no marca bien los límites entre el pasado por recordar y el futuro por concretar. El futuro fue el comienzo, y el pasado fue la conclusión de un Intento que toda la Creación ya "conocía" de la mano del Gran Sentimiento que dio calor y vida a la propia Creación... El hombre es puente, punto de enlace, punto de convergencia, intersección y centro de catarsis oficial de múltiples especies y razas aún por descubrir..y descubrirse. El hombre es música "celestial"; pero, de esa que construye y destruye a partes iguales..según. De esa que habilita o inhabilita según su punto de enfoque. De esa que cuando es observada desde la conciencia remota de totalidad origen o final, se torna como la gloria más excelsa, loca, e imprevisible a la que sólo un SER Inconmesurable se le podría achacar su creación y dirección...
El hombre no es nunca un culpable, y empiezo a creer que a duras penas puede hacérsele responsable de lo que Es y de lo que provoca, aquí o allí.. El hombre es un demostrador, un reflector, un "reflejador", un evidenciador de lo que Ya Fue, y fue por muchos otros anteriores que lo Intentaron y depositaron su semilla, la semilla de su esencia y forma de comprender, sentir y expresar su especial forma de existir , en esta partícula concretizadora llamada Hombre.
El hombre es música...desordenada, si. Pero, música.. Y esta, como colofón a un gran día, como es el tiempo que va de la Nochebuena al último instante del día de Navidad, es tan reformadora, regeneradora, tan contundente y tan caótica como el hombre reproduce cuando aún no es consciente, es decir, cuando juega con el Universo a recordar que lo es eternamente, como en esta pieza Symphony nº2 "Resurrection" de Mahler , interpretada de manera contundente y con la fuerza de la pasional raza vasca, -cuyo idioma y su propia raza es tan difícil encontrar y definir su origen-, por el Orfeón Donostiarra.
RESURRECCIÓN-RESURRECTION , de Mahler. Una oda a la contundente expresión emocional del hombre.. El auténtico caos anterior al éxtasis de Creación. Quién sabe a dónde lleva tanta expresión de la propia creación.. Quién sabe si la Creación sólo busca la expresión por la expresión , a pesar de las infinitas representaciones e interpretaciones de sí misma por cada una de las briznas de vida que la componen...
Un punto caóticamente magistral para dar por finalizado el Intento de esta nueva Navidad..
Feliz Caos- Perdón; Feliz Navidad para todos....
Isabel De La Fuente.
